Un respiro en 1935, la oscuridad durante la Guerra Civil y el resurgir en 1939
- Por Hugo Gallagher Cobos y Pablo Merino Ruiz
- 2 abril, 2020

La Comisión Pro Semana Santa, tras casi más de tres años luchando por devolver las procesiones a la ciudad, logró recoger más de 40.000 firmas entre los malagueños. El 8 de abril de 1934, con la rúbrica del Gobernador y del Alcalde encabezando la carpeta de terciopelo morado que contenía toda la documentación, la Comisión entregó al Ministro de Gobernación el resultado del trabajo realizado en los últimos años.

En 1935 la Semana Santa resurgió. Sin embargo, dada la relativa cercanía con los fatídicos sucesos del 1931, no todas las hermandades efectuaron su salida procesional ese año. Es más, el programa previsto no llegó a cumplirse. Según lo publicado en La Saeta en Cuaresma de 1935, los desfiles procesionales comenzarían el Martes Santo, pero no fue así. Atendiendo a las crónicas publicadas en prensa y a los diversos estudios históricos publicadas sería el Jueves y Viernes Santo los días donde se concentrara toda la actividad cofrade.
Solo se contó con 9 cofradías: Pollinica, Cena, Fusionadas, Rico, Expiración, Amargura, Amor, Sepulcro y el Resucitado. Pese a ello, se mantuvo el recorrido oficial clásico, que nos ha acompañado históricamente hasta el año pasado, que tenía la Alameda Principal y Larios como sus principales vías. Estas fueron entonces las únicas hermandades que recorrieron la ciudad esos días sobreponiéndose al duro golpe que recibió la Semana Santa malagueña en mayo de 1931.
Otras no consiguieron reorganizarse a tiempo y los diversos motivos por los que no lo lograron fueron anotados por La Saeta en la Cuaresma de 1935. La Hermandad del Huerto, por aquel entonces establecida en la Parroquia de los Santos Mártires, aunque consiguió restaurar sus titulares a tiempo, «carecía de la mayoría de los efectos procesionales”. El Rocío tampoco efectuó su salida porque “sufrió efectos destructores tales como la desaparición de sus Sagradas Imágenes, pasos y efectos procesionales”.

La Archicofradía de la Sangre, “como las otras hermandades, padeció las iras de los incendiarios. Desapareció la escultura del Señor, mientras que la de la Santísima Virgen pudo recogerse muy deteriorada. Perdió también la mayoría de sus valiosos efectos procesionales. Se conservan el trono del Señor y las barras de plata y el palio de la Virgen”.
La Cofradía de la Misericordia solo pudo conservar la escultura de la Virgen de los Dolores,, pero “perdió la valiosa imagen del Señor y sus efectos procesionales». La Archicofradía de la Esperanza también fue, como si dijéramos, «objetivo de los incendiarios, que hicieron desaparecer sus riquísimos enseres de culto y procesión, así como sus Sagradas Imágenes, aunque alguien pudo recoger la cabeza y manos de la Virgen”.
La Cofradía de la Soledad que estaba “en la Parroquia de San Pablo daba culto a otra obra inmortal de Pedro de Mena, que desfilaba por las calles entre la admiración y embeleso de propios y extraños”. Y Servitas tampoco desfilaría ese año, «pues aunque la bella escultura de la Virgen no sufrió deterioro, este fue el acuerdo adoptado”.
Los cofrades malagueños pudieron volver a disfrutar de su Semana Santa, aunque no en plenitud. En 1936, pese a las múltiples iniciativas para celebrar los desfiles procesionales, la falta de inversiones económicas y, sobre todo, el miedo a posibles incidentes tras la victoria del Frente Popular, impidieron la celebración de los desfiles procesionales. Se acordó trabajar en encontrar vías de financiación para 1937, pero el estallido de la Guerra Civil en julio de 1936 terminó con cualquier pensamiento.
La Virgen de los Servitas, perteneciente a la Orden Tercera de los Siervos de María Santísima de los Dolores, fue la única imagen que salió en en 1937. Ocultada en la S.I. Catedral desde el inicio del conflicto, el Viernes Santo recorrió el casco histórico de la ciudad acompañada de una amplia representación institucional y cofrade. Al año siguiente, mientras Málaga se recuperaba de la parte más dura de la guerra, las cofradías también trabajaban para recuperar su patrimonio. Aquel año, atendiendo a las directrices de reorganización de la Agrupación de Cofradías, se acordó que únicamente procesionaría, además de Servitas, el Cristo Yacente de la Hermandad del Sepulcro el Viernes Santo; aunque durante esos días se celebraron multitud de actos en los templos.

Sería en 1939 cuando, ya terminada la Guerra Civil, la Semana Santa recuperara la normalidad. Desde entonces y siempre que las condiciones meteorológicas lo permitieran, las procesiones en Málaga se han desarrollado con total normalidad. Hasta este 2020. La grave crisis sanitaria por el Coronavirus (COVID-19) ha obligado a las cofradías permanecer en sus templos. El Vaticano ha propuesto trasladar alguna procesión a septiembre, pero nada devolverá a los malagueños su Semana Santa 2020.