Miguel Orellana: «La Patrona es de todos los malagueños, de los cofrades y de los que no lo son»

Miguel Orellana durante un acto de la Hermandad | Daniel González

Detrás de una pantalla, en una de las anodinas tardes de domingo que nos deja la pandemia, tengo la oportunidad de encontrarme con Miguel Orellana Ramos, Hermano Mayor de la Hermandad de Santa María de la Victoria desde 2018. Uno de esos personajes que, sin ocupar portadas, entre bambalinas hacen un poco mejor el universo cofrade.

Tras el anuncio de la Junta de Andalucía que concede a la Hermandad una importante subvención para restaurar el antiguo templete, Miguel nos atiende para contarnos las novedades sobre la Patrona: «Se trata de la restauración de un templete de la Virgen que se encontraba en desuso desde los 90 y que antiguamente se utilizaba para el altar de Cultos de la Catedral. Cuando salió la convocatoria estuvimos estudiando este templete y el otro que tenemos de Archidona del S. XVIII. Tras contactar con los técnicos acabamos apostando por este y nos pusimos en contacto con el taller de Santa Conserva para realizar la solicitud. El plazo de ejecución es de 6 meses y ya se está trabajando en él con mucha ilusión. La idea es estrenarlo en el siguiente altar de Cultos de la Catedral.»

El templete durante cultos en el pasado siglo | Hermandad de la Victoria

Uno de las principales labores durante estos años para la Hermandad es la conservación y restauración de su extenso patrimonio, ¿hay algún proyecto pendiente más?

«Recogiendo el sentir de muchos devotos hemos procedido a encargar la elaboración de una media luna para la Virgen diseñada por Juan Antonio Sánchez López y en línea con la corona. Se ha encargado la ejecución a Orfebrería Montenegro. También estamos pendientes de seguir trabajando en nuestro taller de confección en la parte baja del altar de culto de la Novena. Por último, trabajamos en la renovación de los dos estandartes de la Virgen.»

Sin embargo, preguntado por si es éste el gran objetivo de su primera legislatura, Miguel prefiere destacar la labor realizada en la proyección de la devoción a la Victoria: «La Magna Mariana, que consideramos que fue un éxito, supuso un pilar fundamental en esta labor. Queremos acercar a la Virgen, sabiendo que es una devoción muy particular porque la mayoría de fieles no son hermanos. Se dio un paso importante en el Aniversario con el besamanos en la Catedral y el pasado 2020 con la exposición de la Victoria en una de las capillas. A través de las redes sociales también hemos intentado acercarla a distintos puntos de la Diócesis que muchas veces resulta complicado por la distancia física».

«Tenemos un par de proyectos importantes para acercar a la Virgen a los fieles, pero aún no están lo suficientemente perfilados para darlos a conocer. Tenemos que ser muy cautos en esta materia. Es la Patrona de la Diócesis y cada decisión tiene que estar muy bien estudiada sin dar pasos en falso»

Miguel Orellana, HM de la Hermandad de la Victoria

¿Piensa que la Hermandad de la Victoria está continuamente en el objetivo de muchos cofrades?

«La Victoria es la Patrona y eso tiene sus pros y sus contras. Es importante que todos se fijen en la Virgen siempre que las críticas sean constructivas. Sin embargo, hay que recordar que no todos los malagueños fieles de la Victoria son cofrades. A veces, desde ese otro sector, también se acusa a la Hermandad de seguir una línea «demasiado cofrade». Hemos de mantener un equilibrio. Sería triste que la Virgen solo estuviese en el punto de mira para críticas y no para colaboración. No somos muchos hermanos y sería bueno que la gente se acercase a colaborar. La albacería lleva muchos años haciendo un gran trabajo, pero no somos muchos hermanos».

Hay cofrades que piden volver a vestir a la Virgen, ¿cómo encaja la Hermandad esas sugerencias?

«La Virgen tiene una impronta desde 1943. Consultando a la cátedra de Historia del Arte de la Universidad de Málaga, se considera que lo adecuado es seguir esa línea puesto que la iconografía es de una calidad excepcional. No nos planteamos esa posibilidad»

Santa María de la Victoria durante la Magna del Aniversario | Arturo Higueras

¿Cómo está afectando la pandemia a la Hermandad de la Victoria?

«Evidentemente está dificultando mucho que la gente se acerque a la Virgen. Desde la Hermandad hemos intentado acercarla con campañas en las redes sociales: oraciones, dandole participación a las fieles subiendo imágenes que tuvieran de la Victoria, un mes de mayo virtual y sobre todo la campaña de flores virtual. Con esa iniciativa convertimos las donaciones de «flores virtuales» en una colaboración económica a Cáritas en la lucha contra la pandemia. En septiembre, la Novena en la Catedral cubrió muchos días todo el aforo posible y, además, pudimos exponer la imagen en contemplación cercana. Fue una Novena diferente pero pudimos recibir el cariño de muchos malagueños»

Con la mejora de las cifras el pasado verano algunos sugirieron que la Victoria fuese la primera. No fue así. Este año se vuelve a repetir la tendencia con el alivio de la vacuna, ¿siente esa presión?

«Evidentemente eso llega, a mí y a todos los malagueños. Es una posibilidad, pero no tenemos elementos de juicio como para poder planteárnosla con fiabilidad. Depende de tantos elementos: de cómo avance la vacunación, de qué cosas se vayan permitiendo hacer….»

Málaga vive este 2021 el Centenario de una Agrupación de Cofradías de la que la Virgen de la Victoria es Hermana de Honor. ¿Ha recibido la Hermandad algún tipo de invitación para este acontecimiento?

«Se nos invitó a participar a la Eucaristía de Apertura de la Catedral. Estamos abiertos a lo que se nos pida. Se nos comentó en una conversación informal que estaban interesados en que participaramos en el Congreso Internacional de Hermandades. Todo esto fue antes de que cambiarán tanto las cosas, sobre la marcha imagino que estarán evaluando qué cosas se pueden hacer.»

Santa María de la Victoria en la SICB | Arturo Higueras

Además de la actualidad de la Patrona, hemos querido hablar con él de su vida cofrade. Detrás de muchos de los altos cargos de nuestras cofradías, lo que suele haber es un cofrade comprometido. Miguel Orellana quizás sea de esas personas a las que el traje de hermano le esté hecha a medida: «Mi primer recuerdo con la Victoria es de pequeño, con mi familia en el Mes de Mayo. Todos los años, un domingo del mes hacíamos una peregrinación al Santuario en la que intentábamos que viniese toda la familia.»

Como cofrade de la Semana Santa, ¿cuál es su primer recuerdo?

«Como cofrade tengo muchos recuerdos de niño, de cómo empieza ese sentimiento. Veíamos las procesiones desde el balcón de la consulta de mi padre. Luego, cuando fui creciendo, esas visitas en Cuaresma y en vísperas para ver las imágenes en las iglesias y en los tinglaos, viendo el montaje de los tronos… Mi primera participación fue en la Pasión, en el cortejo de la Virgen del Amor Doloroso. Entonces llevábamos esas túnicas de aquel rojo peculiar, con la cruz de Santiago en el pecho y aún sin capirote.

Mi estreno como Hombre de Trono fue un Jueves Santo por la mañana llevando a «El Rico» en unas circunstancias muy especiales. Por último, como recuerdo imborrable, ser Hombre de Trono del Santo Sepulcro es una experiencia especial porque te llega. Se percibe como la gente lo vive de una forma diferente cuando se acerca esa imagen, y eso que yo iba en un varal bastante interior.»

¿Cómo ha cambiado el mundo cofrade desde esos primeros recuerdos hasta el día de hoy?

«Ha cambiado mucho en todos los sentidos. Estéticamente ha habido una importante mejora en cuanto al cuidado de los detalles. En el aspecto musical se ha producido una evolución; hemos pasado de que los tronos fueran acompañados solo por un tambor de cola a bandas de música y ahora a las Cornetas y Tambores. Aún así, yo reivindico mucho la autenticidad de lo nuestro. Muchas veces se ha criticado a los antiguos que solo aparecían el día de la procesión. Quiero romper una lanza a favor de ellos, hacían una labor muy difícil en unos tiempos muy complicados. Vivían la religiosidad durante todo el año en su casa, su cofradía o su iglesia. Eran auténticos cristianos como los que hay hoy día.»

«Las cofradías tienen una labor muy importante de mantener la autenticidad de la Semana Santa y ahí la formación es una piedra clave. Las cofradías tienen muchas implicaciones sociales pero nunca pueden perder la esencia. Si no mantenemos eso con conocimiento y nos desvirtuamos podemos estar en peligro.»

Miguel Orellana, HM de la Hermandad de la Victoria

En los últimos años hemos vividos tiempos convulsos en el mundo cofrade, ¿crees que se está convirtiendo en un mundo más fanático que religioso?

«Toda la vida ha habido de todo, lo que pasa que el equilibrio va cambiando. Los cofrades tienen que comprenderse los unos a los otros porque aquí estamos para prestar un servicio. Muchas veces perdemos el norte; por cumplir objetivos de la cofradía perdemos los objetivos de los hermanos. Una hermandad no es un patrimonio, es una asociación de fieles. Lo importante es que nos prestemos servicio en las necesidades físicas y espirituales. Hay hermanos de muchos tipos; hay que poner en relevancia el que acude calladamente a ver a sus titulares durante todo el año porque eso también es hacer hermandad. No los podemos olvidar y hay que estar preparados para ofrecerles más cercanía con la Iglesia y con los Sagrados Titulares. Las batallas de luchas de poder o estéticas las tenemos que relativizar; hay veces que debemos centrarnos en lo importante de verdad.»

Si Miguel Orellana pudiera cambiar algo de la Hermandad de la Victoria ¿qué sería?

«El primer deseo sería integrar muchos hermanos en los proyectos de la Hermandad. La satisfacción más grande que podríamos tener es que la gente se sintiera muy vinculada con Santa María de la Victoria como Patrona de la Diócesis y que se volcarán con Ella».

¿Y qué pedirías que no cambiará nunca?

«La visión de que es la Victoria de todos. En la Hermandad siempre hemos tenido claro que es nuestra titular pero que no es nuestra. No buscar satisfacer nuestra visión particular sobre cómo nos gustarían que fueran las cosas. Eso conlleva muchos elementos a tener en cuenta a la hora de tomar cualquier decisión. Tener en cuenta que es la Patrona de todos los malagueños, los cofrades y los que no lo son. Los cofrades muchas veces pensamos que somos los únicos y no vemos a otros muchos que son devotos de la Virgen y no lo son.»