La Sangre decide recuperar la policromía original de la Virgen de Consolación y Lágrimas

La Archicofradía de la Sangre ha aprobado esta tarde, en Cabildo General Extraordinario, la recuperación de la policromía original de María Santísima de Consolación y Lágrimas. Con un resultado de 77 votos a favor y 2 en contra se da un paso histórico para recuperar una de las imágenes más icónicas del procesionismo malagueño.
La imagen mariana fue retirada del culto en su altar de San Felipe Neri el pasado 28 de septiembre para ser trasladada al taller Francisco Naranjo Beltrán. Según informaba la Archicofradía, se ha encontrado durante los trabajos de conservación y limpieza gran parte de la policromía conservada, en torno a un 80%. Además, durante el Cabildo también se ha aprobado la realización de un estudio que determine, con mayor exactitud, la autoría de la imagen.
Historia de la imagen: de su bendición a la restauración de Duarte
Se trata de una obra anónima del s.XVIII que se atribuye al escultor malagueño Fernando Ortiz y que obtuvo la Archicofradía con Antonio Baena Gómez como Hermano Mayor. Él mismo era el propietario de la imagen que veneraba en un pequeño oratorio particular y que cedió a la corporación en la década de 1920.
El domingo 10 de marzo de 1929, la imagen fue bendecida en la desaparecida Iglesia de la Merced. Dicho acto se celebró el último día del quinario de Cuaresma al Stmo. Cristo de la Sangre presidido por el Obispo de la Diócesis por aquel entonces, San Manuel González García. Ese mismo año la titular mariana realizó su primera salida procesional en un trono realizado por el artista granadino Luis de Vicente. Para dicha situación Baena encargó al imaginero Francisco Palma que sustituyera sus manos entrelazadas por unas nuevas abiertas. Como curiosidad, su primera salida no fue en la tarde-noche del Miércoles Santo, teniendo esta que retrasarse al Jueves Santo.
En la quema de 1931 la Archicofradía sufrió numerosas pérdidas, incluyendo la destrucción del Convento de la Merced; sin embargo, consiguió salvarse la cabeza de la Virgen. Así, en 1932, Francisco Palma fue el encargado de reconstruir la talla. En 1940 se produjo su traslado definitivo a San Felipe Neri y en 1945 volvió a procesionar por las calles de Málaga. Para tal acontecimiento la Virgen pudo lucir el manto que estrenase en 1929 -salvado al no encontrarse en la Merced- y las barras de bronce que sostenían el palio.
En 1972 la Archicofradía encargó a Luis Álvarez Duarte la restauración de la Virgen de Consolación y Lágrimas. Una intervención que ha generado numerosas discusiones a posteriori y no quedó exenta de polémica. El imaginero sevillano sustituyó la anterior inclinación de la cabeza de la Virgen por una pose mucho más erguida y recta. Además los párpados fueron retocados para ampliar los ojos y se ejecutó una nueva policromía para la imagen.