Dilema

Imagine que una cofradía -la que sea- quiere cambiar el acompañamiento musical de su trono de Cristo. Imagine que esa junta de gobierno -la que sea- quiere cambiar también el género musical. Imagine que el nuevo repertorio -el que sea- necesita respetar y conservar un corte solemne, sobrio y de calidad en la calle. Imagine además que la nueva formación -la que sea- viene de la tierra; o, pongamos por caso, desde la misma casa.
Efectivamente, hablamos de la Banda de Cornetas y Tambores del Paso y la Esperanza.
Muchos cofrades -entre los que me encuentro- pueden tener el mismo dilema que afrontaron con Humildad, Pasión o Amor años atrás. Por un lado sí, quieren mantener una Banda de Música y hay tantas razones y melodías que faltarían líneas por rellenar. Por otro lado sí, BCT Paso y Esperanza, por qué no decirlo tal cual, suenan de maravilla tras un trono Cristo. Sea el que sea. Su repertorio e interpretación gozan de una salud tan extraordinaria que nadie duda de que vaya a seguir siendo así el próximo Jueves Santo.
Se pueden cuestionar y criticar muchas cosas y se puede tener (o creer tener) razón desde uno u otro lado de la balanza. Contratos, comunicados, rumores, gustos y opiniones aparte; esto -y no algo diferente- es lo que le ha pasado a la Archicofradía de la Esperanza.
Nadie puede negar que la Sinfónica de la Trinidad sonó excelente tras el Nazareno el Jueves Santo pasado; tampoco nadie puede negar que BCT Paso y Esperanza conquistó Sevilla las tres ocasiones en las que puso su música tras los Caballos. Pero una cosa está clara: la calidad musical de la banda es tan incontestable que se ha convertido en la pieza perfecta para cualquier cofradía que quiera hacer este tipo de cambio con éxito.
El Nazareno del Paso volverá a este género musical 40 años después. Porque sí, el Nazareno no siempre ha ido con banda de música. Para encontrar la última banda de CC.TT. que desfiló tras sus pasos un Jueves Santo -si los datos no me bailan y el estupendo blog de Miguel Ángel Gálvez no me falla- hay que remontarse a la década de los 80. Y esta vez no volverán a sonar unas cornetas cualquiera, sonarán las de sus propios hermanos.
Ahora bien, se abre otro debate que no hay que dejar atrás: la banda de música tras las imágenes cristíferas. En una ciudad en la que es santo y seña este género musical tras los tronos de Cristo, cada vez quedan menos. Muestra de ello es la lamentable pérdida de las marchas de Perfecto Artola en los repertorios de Semana Santa. ¿Se trata de una moda? ¿Podrían plantearse algunas cofradías recuperar a una Banda de Música? Sin duda, y volverán.
Esta noticia contrasta con otra opuesta en nuestra vecina Sevilla. La misma noche que el Nazareno del Paso pasa a Cornetas y Tambores, el popular Cristo del Cachorro vuelve a una banda de plantilla completa tras la maravillosa experiencia del pasado Sábado Santo. Solo queda disfrutar de ambas y mientras tanto, como bien dice un buen amigo mío, siempre nos quedará el Cristo de la Expiración.